Me encuentro inmerso en la lectura de la obra de René Goscinny, que en su mayoría es en común con Albert Uderzo, ambos creadores del célebre Astérix (de imprescindible re-lectura cada cierto tiempo). He descubierto dos fantásticos personajes anteriores a Astérix: Juan Pistola (Jehan Pistolet) y Umpa-Pá (Oumpah-Pah). Ambos han sido editados recientemente en ediciones completas en España y con interesantes materiales adicionales.
Entre los que acompañan a la edición de Umpa-Pá encontramos un artículo donde podemos conocer y entender un mecanismo de humor utilizado por Goscinny. Se trata de la situación cómica basada en una oposición entre dos culturas, una la "moderna" y otra anclada en otras tradiciones y que se resiste a adaptarse al "canon civilizado o de mayorías".
Goscinny lo desplegará hasta niveles magistrales en Asterix, pero también lo había esbozado en Juan Pistola como en esta magistral página:
Reflexionando sobre esta oposición entre dos visiones del mundo me acorde de que John Vorhaus, guionistas de diversas series televisivas, en su libro "Cómo orquestar una comedia" define la premisa cómica como "el abismo que se abre entre a realidad cómica y la realidad de verdad. Cada vez que una voz, personaje o un mundo cómico se asoma a las situaciones desde su perspectiva sesgada se abre un abismo entre las realidades. La comedia existe en esa intersección." El encuentro y choque entre dos maneras de ver el mundo es caldo de cultivo para la situación cómica.
Sin embargo, el racismo, la marginación, el bouling, las violencias segregantes o de pensamientos dominantes sobre minorías y una largo etcétera de conductas sociales que no están en mi lista de valores, también tienen su caldo de cultivo en la diferencia entre dos miradas al mundo, en la diferencia entre personas o culturas. El ver al otro como diferente y sentir ahí una amenaza genera a veces respuestas a través de conductas violentas, donde se piensa que hay que llevarlo a tu visión, a tu canon o la sumisión o la desaparición.
O a veces es simplemente que ves al otro como diferente y te sientes desde una posición de posesión de la verdad, lo correcto y de lo superior, y se menosprecia esa otra mirada o se la acaricia o ayuda con la "comprensión" del superior.
Y reflexionando sobre que si de la misma brecha de diferencias entre dos miradas al mundo puede surgir algo tan luminoso como el humor y la risa, y algo tan oscuro como la violencia y demás, recordé la frase de Victor Borge: “La risa es la distancia más corta entre dos personas.”
Borge era una persona con formación en música clásica y que supo presentarla en clave de humor. Véase una muestra de su trabajo en "Hands off! The funniest night at opera you could". Es decir, fue un artista que integró dos alejados lenguajes expresivos, dos miradas al mundo diferentes, y con extraordinarios resultados.
Y es así que propongo que si educamos más el humor de las personas, si valorizamos más la risa, si cultivamos miradas y respuestas en clave de humor... tal vez estemos haciendo una importantísima labor preventiva en comportamiento social. Habremos creado condiciones y conductas que antes de responder a una brecha de diferencias con medios violentos, estén más predispuestas a acortar las distancias entre las personas a través del puente de la risa. Cuánto sentido del humor tiene una persona o sociedad es indicativo de su salud y evitará riesgos de conductas "enfermizas" porque la risa es el mejor antídoto contra el pensamiento único y la intolerancia. Reírse de uno mismo, reírse con el otro y acostumbrarse a mirar con otros ojos para poder encontrar la brecha de la diferencia para regocijo de todos.